El embrión de una pasión.
En esta entrada os voy a contar la historia de cómo llegó hasta mí la fotografía y voy a poner una muestra de algunas de las fotografías que considero que fueron el embrión de mi pasión por la fotografía, imágenes hechas en 2007 y 2008, y que me llevaron después a que me comprara una cámara compacta y comenzara a hacerme preguntas en este viaje de descubrimientos, y que por esta razón, les tengo gran aprecio aun teniendo en cuenta su pésima calidad, ya que las herramientas con las que están echas son dos teléfonos móviles de los de hace ya unos años que hacían fotos de 300 ó 500 píxeles el lado más grande y conocimientos muy escasos o casi nulos sobre fotografía, composición, expresión visual, etc. Ahora en esta composición que podéis ver al principio les he aplicado nuevos conocimientos uniendo varias de estas imágenes para hacer una deconstrucción de imágenes que forman parte de este embrión.
Esta es una de las primeras “fotografías” que hice que me gustara, son ramas de higuera a contraluz, y yo creo que es la principal imagen que después de hacerla, me impulsó a seguir haciendo más fotos de lo que llamaba mi atención, y me ayudo a darme cuenta de que me gustaba crear imágenes con una cámara.
Metafóricamente hablando esta imagen es el gameto del embrión de mi pasión por la fotografía.
Como podemos ver yo por este entonces para hacer fotografías que me gustaran dependía fundamentalmente del momento, ya que no tenía ni idea en cuanto a conceptos de técnica o composición, aunque esta la aplicara intuitivamente de la forma que más me gustaba, ni tampoco tenía medios, por eso la mayoría están hechas en horas crepusculares, ya que con atardeceres o amaneceres impactantes no se necesitan de muchos conocimientos ni medios sofisticados para crear imágenes impactantes, pero lo que si se, es que hice esas fotografías porque sentí algo especial en ese momento, me sedujeron los colores, sobre todo, y quería “llevármelos” a mi casa y poder intentar revivir esas sensaciones a posteriori, algo complicado, ya que en el momento in situ son también otros sentidos los que te hacen vivir esa experiencia de esa forma. También me dí cuenta que muchas veces se intensificaban los colores más en la imagen que en la realidad y que esto era un recurso para crear imágenes más impactantes.
En esta fotografía que está al revés y que es el mismo encuadre que en las imágenes anteriores pero un rato antes cuando aún estaba el sol, podemos imaginarnos fácilmente que el cielo es un océano con nubes visto desde encima de las nubes y que la tierra es un cielo negro en el que está saliendo el sol por el horizonte, y esto ya lo percibí yo nada más ver la foto en el momento en el que la hice, incluso la titulé atardecer lunar porque este cielo al revés y visto en pequeño en la pantalla del móvil me pareció que se asemejaba a la superficie de la luna. Y con detalles como este empecé ya a hacerme preguntas sobre cosas como la percepción visual.
Jeje ... la última parece un amanecer desde la estación espacial ...
ResponderEliminarSaludos
Hola Juan Carlos, gracias por investigar un poco mi blog.
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